jueves, 26 de febrero de 2015

MAPA O RUTA DE ORIENTACION


1. LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

En el siglo XVIII, la sociedad británica experimentó una serie de transformaciones económicas, sociales y culturales que asomaban por todos lados: el campo veía expandir las propiedades y migrar gran parte de sus pobladores, las ciudades crecían y, desde lejos, se podía ver el Humo de las máquinas.

La riqueza aumentaba y se acumulaba mientras miles de hombres, mujeres y niños trabajaban desesperanzados y hambrientos. Este nuevo sistema de producción industrial, apoyado en un constante progreso tecnológico, consolidó un mercado a nivel mundial y generó una división internacional del trabajo, gracias a lo cual unos países se especializaron en productos industriales y otros en materias primas. Este proceso permitió el surgimiento y desarrollo de un nuevo sistema económico: el capitalismo.

Contexto Geográfico de la Revolución industrial
Para el siglo XVIII, Gran Bretaña comprendía los reinos de Inglaterra, Irlanda y Escocia, que se unió en 1707. Actualmente, está formada por dos islas principales al noroeste de Europa, y se encuentra rodeada por el Océano Atlántico, el mar del Norte y el canal de la Mancha, que la separa del continente europeo.

Las industrias textiles, de hierro y de carbón, se concentraron en el condado de Lancashire y las ciudades de Manchester, Leeds, Sheffi eld, Bristol, Birmingham,
Derby, Glasgow, Edimburgo, Newcastle y Londres.

Su posición geográfica, así como el desarrollo de una gran flota mercantil y una  poderosa Armada Real que se impuso a otros países europeos, le permitió a Gran Bretaña dominar los mares y las rutas comerciales marítimas más importantes.

Revoluciones Burguesas
Para el siglo XVII, Gran Bretaña era gobernada por una monarquía absolutista. Sin embargo, la burguesía mercantil en ascenso buscaba participar en el gobierno. Sus esfuerzos culminaron en 1688 cuando, en un acuerdo con los nobles, derrocó al rey Jacobo II. Así nació el sistema de monarquía parlamentaria, es decir, el gobierno compartido de la Corona y el Parlamento. Este se dividió en la cámara de los Lores, conformada por los nobles, y la cámara de los Comunes, integrada por los burgueses. Además se adoptó la Declaración de Derechos, con la cual se subordinaba
el poder ejecutivo al poder legislativo.

Cambios en la Propiedad de la Tierra
Desde el siglo XVII, los grandes terratenientes fueron acumulando cada vez más tierras comunales, bosques, terrenos arables y otros dedicados al pastoreo. Con la Ley de Cercamientos de 1727, se legalizaron estas apropiaciones. En 1820, solo el 3% de las tierras estaban sin cercar. Los terratenientes fueron implementando una agricultura para el mercado, en lugar del sistema de autosuficiencia. Además, muchos campesinos fueron expulsados de sus tierras, por lo que tuvieron que vender su fuerza de trabajo para subsistir, aumentando el número de trabajadores asalariados.
Revolución agrícola
Desde 1720 se experimentó un incremento de la producción de alimentos, gracias a la mayor productividad de la tierra. Esto se debió a nuevas técnicas de producción agrícola como el uso de abonos de origen animal, la incorporación de nuevas plantas como el maíz y las patatas, y el uso de herramientas de hierro para el arado. La agricultura británica pudo alimentar a una creciente población no agraria, que ahora migraban hacia las ciudades en busca de nuevos empleos.

Revolución Demográfica
Gracias a las mejoras en la salubridad y en la producción agrícola, la tasa de mortalidad disminuyó y se presentó un ritmo sostenido de crecimiento de la población a partir de 1740. Se pasó de 6,5 millones de habitantes en 1750, a 9,3 millones en 1801, y más de 16 millones en 1841. Esta explosión demográfica representó un aumento en la demanda de alimentos, productos manufacturados y combustibles.

Fundamentos de la Revolución industrial
El proceso de industrialización británico se apoyó en un mercado interior bastante desarrollado, una posición hegemónica en el mercado mundial y el respaldo del gobierno.
El Mercado Interno: Gran Bretaña desarrolló internamente una economía de mercado, con productos y servicios para la circulación mercantil, y un sector Manufacturero en crecimiento que pudo ir acumulando capital para la inversión en equipos tecnológicos. Se construyeron canales, carreteras y puentes, para mejorar el transporte y la comunicación en el interior de la isla, conectando las ciudades para conformar un mercado nacional amplio. Además, se eliminaron las antiguas trabas feudales como las aduanas internas y los pagos de permiso de paso por las tierras de los grandes señores.
De esta manera, podía circular libremente la creciente producción de carbón, hierro, alimentos y manufacturas.

El Mercado Externo: Gracias a su poder naval, Gran Bretaña consolidó un vasto imperio que le aseguró el suministro de materias primas, y el monopolio sobre amplios mercados coloniales. De Asia, África y América, obtenía algodón, azúcar, té y tabaco, al tiempo que satisfacía la creciente demanda, primero de telas de algodón, y luego de capitales para invertir en el sector productivo.
El comercio colonial intensificó la esclavitud, desde los proveedores de esclavos y de productos para su manutención, hasta su explotación en tareas agrícolas y mineras en las colonias.

El Gobierno: Los comerciantes estaban bien representados en el gobierno y, poco a poco, los intereses crecientes de los manufactureros también fueron impulsados. La política imperial y las guerras se orientaron a eliminar la competencia y a aumentar las exportaciones británicas. Por ejemplo, en 1700 se prohibió la entrada de textiles de la India, y en 1813 se obligó a esta colonia a importar masivamente tejidos de algodón del Lancashire. Asimismo, el gobierno impulsó la innovación técnica en barcos y cañones, con lo cual se promovió el desarrollo de industrias como el hierro y el carbón.

Principales cambios en la Revolución industrial

Avances tecnológicos
La aparición de las máquinas significó una gran ruptura con las tradicionales formas de producción. Los primeros avances técnicos fueron sencillos y baratos, aplicando los conocimientos científicos y las fuentes de energía que ya se conocían, como la hidráulica y el vapor. Gracias a estos adelantos, se multiplicó la producción en las industrias  textil y pesada.
Inventos como el torno de hilar, en 1764, y el telar hidráulico, en 1769, superaron las técnicas manuales y especializaron la mano de obra. Sin embargo, el invento que revolucionó la producción fue la máquina de vapor de Watt y Boulton. Este avance se aplicó a la minería, a los textiles y a los transportes, con la invención del barco de vapor y el ferrocarril.

Nueva organización del trabajo.
La producción industrial que remplazó al taller y a la familia se concentró en las fábricas. Estas eran espacios donde se combinaban las máquinas con los obreros especializados asalariados, quienes se enfrentaron a un nuevo modo de vida: un ritmo de trabajo con jornadas de 12 a 16 horas diarias, en muy malas condiciones, sometidos a la disciplina laboral del patrón, con bajos salarios y el riesgo permanente de perder el empleo. Aunque inicialmente se ubicaron en el campo, luego se instalaron y crecieron en las ciudades.

Urbanización.
Los cambios en la estructura agraria y la proliferación de industrias en las ciudades estimularon un fuerte proceso de urbanización desde finales del siglo XVIII y todo el XIX.

Las ciudades industriales crecieron de manera desordenada, y se caracterizaron por los barrios obreros, muy pobres, contaminados y con graves problemas de salubridad.

Estos centros urbanos ampliaron la demanda de artículos y productos elaborados en el mercado interior británico. Por ejemplo, el carbón se utilizaba como calefacción en los hogares y, para 1842 este uso doméstico consumía 20 de las 30 millones de toneladas anuales que producían las minas británicas.


martes, 24 de febrero de 2015

2. LINEA DE TIEMPO

ESTA GRÁFICA REPRESENTA ALGUNOS HECHOS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.



REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

En el siglo XVIII, la sociedad británica experimentó una serie de transformaciones económicas, sociales y culturales que asomaban por todos lados: el campo veía expandir las propiedades y migrar gran parte de sus pobladores, las ciudades crecían y, desde lejos, se podía ver el Humo de las máquinas.

La riqueza aumentaba y se acumulaba mientras miles de hombres, mujeres y niños trabajaban desesperanzados y hambrientos. Este nuevo sistema de producción industrial, apoyado en un constante progreso tecnológico, consolidó un mercado a nivel mundial y generó una división internacional del trabajo, gracias a lo cual unos países se especializaron en productos industriales y otros en materias primas. Este proceso permitió el surgimiento y desarrollo de un nuevo sistema económico: el capitalismo.

Contexto Geográfico de la Revolución industrial
Para el siglo XVIII, Gran Bretaña comprendía los reinos de Inglaterra, Irlanda y Escocia, que se unió en 1707. Actualmente, está formada por dos islas principales al noroeste de Europa, y se encuentra rodeada por el Océano Atlántico, el mar del Norte y el canal de la Mancha, que la separa del continente europeo.

Las industrias textiles, de hierro y de carbón, se concentraron en el condado de Lancashire y las ciudades de Manchester, Leeds, Sheffi eld, Bristol, Birmingham,
Derby, Glasgow, Edimburgo, Newcastle y Londres.

Su posición geográfica, así como el desarrollo de una gran flota mercantil y una  poderosa Armada Real que se impuso a otros países europeos, le permitió a Gran Bretaña dominar los mares y las rutas comerciales marítimas más importantes.

Revoluciones Burguesas
Para el siglo XVII, Gran Bretaña era gobernada por una monarquía absolutista. Sin embargo, la burguesía mercantil en ascenso buscaba participar en el gobierno. Sus esfuerzos culminaron en 1688 cuando, en un acuerdo con los nobles, derrocó al rey Jacobo II. Así nació el sistema de monarquía parlamentaria, es decir, el gobierno compartido de la Corona y el Parlamento. Este se dividió en la cámara de los Lores, conformada por los nobles, y la cámara de los Comunes, integrada por los burgueses. Además se adoptó la Declaración de Derechos, con la cual se subordinaba
el poder ejecutivo al poder legislativo.

Cambios en la Propiedad de la Tierra
Desde el siglo XVII, los grandes terratenientes fueron acumulando cada vez más tierras comunales, bosques, terrenos arables y otros dedicados al pastoreo. Con la Ley de Cercamientos de 1727, se legalizaron estas apropiaciones. En 1820, solo el 3% de las tierras estaban sin cercar. Los terratenientes fueron implementando una agricultura para el mercado, en lugar del sistema de autosuficiencia. Además, muchos campesinos fueron expulsados de sus tierras, por lo que tuvieron que vender su fuerza de trabajo para subsistir, aumentando el número de trabajadores asalariados.
Revolución agrícola
Desde 1720 se experimentó un incremento de la producción de alimentos, gracias a la mayor productividad de la tierra. Esto se debió a nuevas técnicas de producción agrícola como el uso de abonos de origen animal, la incorporación de nuevas plantas como el maíz y las patatas, y el uso de herramientas de hierro para el arado. La agricultura británica pudo alimentar a una creciente población no agraria, que ahora migraban hacia las ciudades en busca de nuevos empleos.

Revolución Demográfica
Gracias a las mejoras en la salubridad y en la producción agrícola, la tasa de mortalidad disminuyó y se presentó un ritmo sostenido de crecimiento de la población a partir de 1740. Se pasó de 6,5 millones de habitantes en 1750, a 9,3 millones en 1801, y más de 16 millones en 1841. Esta explosión demográfica representó un aumento en la demanda de alimentos, productos manufacturados y combustibles.

Fundamentos de la Revolución industrial
El proceso de industrialización británico se apoyó en un mercado interior bastante desarrollado, una posición hegemónica en el mercado mundial y el respaldo del gobierno.
El Mercado Interno: Gran Bretaña desarrolló internamente una economía de mercado, con productos y servicios para la circulación mercantil, y un sector Manufacturero en crecimiento que pudo ir acumulando capital para la inversión en equipos tecnológicos. Se construyeron canales, carreteras y puentes, para mejorar el transporte y la comunicación en el interior de la isla, conectando las ciudades para conformar un mercado nacional amplio. Además, se eliminaron las antiguas trabas feudales como las aduanas internas y los pagos de permiso de paso por las tierras de los grandes señores.
De esta manera, podía circular libremente la creciente producción de carbón, hierro, alimentos y manufacturas.

El Mercado Externo: Gracias a su poder naval, Gran Bretaña consolidó un vasto imperio que le aseguró el suministro de materias primas, y el monopolio sobre amplios mercados coloniales. De Asia, África y América, obtenía algodón, azúcar, té y tabaco, al tiempo que satisfacía la creciente demanda, primero de telas de algodón, y luego de capitales para invertir en el sector productivo.
El comercio colonial intensificó la esclavitud, desde los proveedores de esclavos y de productos para su manutención, hasta su explotación en tareas agrícolas y mineras en las colonias.

El Gobierno: Los comerciantes estaban bien representados en el gobierno y, poco a poco, los intereses crecientes de los manufactureros también fueron impulsados. La política imperial y las guerras se orientaron a eliminar la competencia y a aumentar las exportaciones británicas. Por ejemplo, en 1700 se prohibió la entrada de textiles de la India, y en 1813 se obligó a esta colonia a importar masivamente tejidos de algodón del Lancashire. Asimismo, el gobierno impulsó la innovación técnica en barcos y cañones, con lo cual se promovió el desarrollo de industrias como el hierro y el carbón.

Principales cambios en la Revolución industrial

Avances tecnológicos
La aparición de las máquinas significó una gran ruptura con las tradicionales formas de producción. Los primeros avances técnicos fueron sencillos y baratos, aplicando los conocimientos científicos y las fuentes de energía que ya se conocían, como la hidráulica y el vapor. Gracias a estos adelantos, se multiplicó la producción en las industrias  textil y pesada.
Inventos como el torno de hilar, en 1764, y el telar hidráulico, en 1769, superaron las técnicas manuales y especializaron la mano de obra. Sin embargo, el invento que revolucionó la producción fue la máquina de vapor de Watt y Boulton. Este avance se aplicó a la minería, a los textiles y a los transportes, con la invención del barco de vapor y el ferrocarril.

Nueva organización del trabajo.
La producción industrial que remplazó al taller y a la familia se concentró en las fábricas. Estas eran espacios donde se combinaban las máquinas con los obreros especializados asalariados, quienes se enfrentaron a un nuevo modo de vida: un ritmo de trabajo con jornadas de 12 a 16 horas diarias, en muy malas condiciones, sometidos a la disciplina laboral del patrón, con bajos salarios y el riesgo permanente de perder el empleo. Aunque inicialmente se ubicaron en el campo, luego se instalaron y crecieron en las ciudades.

Urbanización.
Los cambios en la estructura agraria y la proliferación de industrias en las ciudades estimularon un fuerte proceso de urbanización desde finales del siglo XVIII y todo el XIX.

Las ciudades industriales crecieron de manera desordenada, y se caracterizaron por los barrios obreros, muy pobres, contaminados y con graves problemas de salubridad.
Estos centros urbanos ampliaron la demanda de artículos y productos elaborados en el mercado interior británico. Por ejemplo, el carbón se utilizaba como calefacción en los hogares y, para 1842 este uso doméstico consumía 20 de las 30 millones de toneladas anuales que producían las minas británicas.


IDEAS POLÍTICAS

EL LIBERALISMO Y LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Hacia el final del siglo XVIII, las ideas renacentistas habían llegado a todos los ámbitos de la actividad humana, y la economía no podía ser ajena a los anhelos de libertad, en contra del orden feudal, con el absolutismo de los reyes y la Iglesia, donde todo estaba reglamentado de tal forma que se obstaculizaba la libertad económica y de pensamiento.
En la liquidación de la sociedad feudal contribuyeron muchos factores como el surgimiento de los Estados nacionales, el advenimiento del reformismo religioso con Lutero y Calvino, la revolución liberal de Cromwell en Inglaterra, el creciente aprecio por el avance científico y las riquezas terrenales, fueron importantes puntos de apoyo para la transformación del orden social superando la tradición medieval, liberaron el ingenio humano situándolo en una nueva cultura, apoyada en la búsqueda del beneficio individual, a través del mercado libre.
Fueron los ingleses los primeros en emprender la construcción de un capitalismo industrial, y de una teoría económica que daría más importancia a la producción que a la circulación de mercancías, basada en las ideas liberales. El Estado debería ser sólo un vigilante y no intervenir en los negocios, dejando las actividades económicas a los particulares, y la formación de los precios al libre juego de las fuerzas del mercado. La revolución liberal acabaría con la influencia económica y política de la Iglesia, el rey, y los señores feudales.
El principio mercantilista de vender mucho y comprar poco, encerraba una gran contradicción que lo condenó a desaparecer; sí un primer país compraba mayor cantidad de la que vendía, se descapitralizaba, por el contrario, si vendía más de lo que compraba, descapitalizaba a sus socios comerciales
las nuevas ideas en un libro titulado "Investigación Sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones", dirigido contra los mercantilis­tas, y apologético del individualismo y la competencia.
Adam Smith fue hijo único de un funcionario de aduanas, nació en un pequeño puerto llamado Kirkcaldy, al norte del estrecho de Forth, se educó y enseñó en las mejores universidades inglesas, radicó en Francia y conoció a los ideólogos del liberalismo francés, a su regreso a Inglaterra dedicó casi una década a escribir su obra maestra, nunca contrajo matrimonio, y paradójicamente, terminó sus días cobrando impuestos aduaneros, como lo hizo su padre.
El mercado en total libertad formaría los precios y distribuiría los recursos, satisfactores, y beneficios, como si se tratara, según palabras del propio Smith, de la intervención de una mano invisible que guiaba eficientemente a los personas al tomar sus decisiones. La naturaleza humana buscando su interés personal, generaba un beneficio social. Cada individuo debería dedicarse a realizar aquello en lo que tenga ventaja sobre los demás, porque obtendría un gran beneficio personal, resultando también beneficiada su comunidad.
Las experiencias negativas con el Estado medieval, le hacen pensar en la supremacía del individuo sobre el Estado, éste solo tendría que vigilar. Para este pensador eran innecesarias las organizaciones de trabajadores y de patrones, nada debería interferir en el libre juego del mercado, los monopolios no deberían existir, retrasaban el progreso.
La competencia debería basarse en un gran número de competidores de tamaño semejante, que fabricarían, como los gremios medievales, un bien homogéneo, que al determinar su precio por el libre juego de la oferta y la demanda, los obligaría a respetarlo. Sí un competidor vendía por arriba o por abajo del precio establecido, perdería, e inevitablemente se impondría la ley del mercado. La única forma de aumentar el beneficio o ganancia, era a través del abatimiento del costo de producción, por cambios en la división del trabajo, y la creación de nuevas máquinas y herramientas, obligando a la competencia a realizar los mismos cambios, o a mejorarlos, para seguir dentro del mercado.
En el modelo de Smith, las mercancías aumentarían constantemente su calidad y bajarían de precio, de acuerdo a la competencia, resultando beneficiados los consumidores. Los productores estarían al frente de sus propios negocios, y trabajarían por mantener sus tasas de ganancia por medio de las innovaciones técnicas y administrativas, invirtiendo los beneficios ahorrados para acrecentar la riqueza. De esta forma el Estado no tendría porque intervenir en la economía, el incremento constante de la productividad crearía abundancia de mercancías, símbolo de la riqueza nacional, la economía llegaría al pleno empleo de todos los recursos, y la humanidad a la felicidad. Desgraciadamente las condiciones fundamentales del modelo de Smith, en cuanto a la competencia y la intervención del Estado, fueron rápidamente modificadas y casi desaparecidas en el siglo XX, por la concentración del capital y la aparición de la competencia monopolista, y los experimentos estatistas y socialistas.
El razonamiento de Smith sobre el comercio exterior también era muy sencillo; ¿por qué fabricar en casa lo que se podía comprar en la calle de mejor precio y calidad? ¿por qué usar recursos en industrias que no tenían la capacidad de competir con las extranjeras?. ¿ no sería mejor emplearlos en las actividades económicas en las que se tuvieran ventajas absolutas y relativas en los costos de producción?
Había que especializarse, como los individuos, cada país lo haría en aquello donde pudiera obtener el mayor beneficio, sí el mundo se adaptaba a una división internacional del trabajo, todas las naciones saldrían beneficiadas, al tener más satisfactores de mejor precio y calidad, el nivel de producción, empleo, consumo y del comercio internacional aumentaría constantemente.
Smith inicia la Riqueza de la Naciones con el tema de la división del trabajo, a la que atribuye el progreso más importante en las facultades productivas del trabajo. Consideraba que la división del trabajo, por ser tan obvia, había sido menos observada. La división del trabajo aumentaba cuando lo hacía el tamaño del mercado, mientras mayor fuera el número de consumidores mayor tenía que ser la producción, obligando a incrementar la productividad, mejorando la división del trabajo, las herramientas, las máquinas, las operaciones, ahorrando materiales y tiempo. El liberalismo creó una frase que se convirtió en ley y dogma, gracias al francés Juan Bautista Say (1767-1832), que resume en pocas palabras el funcionamiento de la economía; "toda oferta crea su propia demanda". Cuando un productor invertía su capital en producir tenía que comprar materias primas, trabajo, herramientas, combustibles, etc., y generaba un ingreso que servía para adquirir lo producido. El dinero utilizado por el productor se convierte en ingreso para otros, los que reciben los pagos, lo que es gasto para uno, es ingreso para otro.
El ingreso sólo podía disminuir, por el ahorro y el pago de impuestos, que pronto volverían a la circulación monetaria convertidos en inversión y gasto público, respectivamente, cerrando la brecha de la demanda. La oferta siempre sería igual a la demanda, todo lo que se produjera sería vendido sin riesgo de sobreproducción, el liberalismo sólo aceptó la existencia de desequilibrios transitorios, que se corregían por la misma acción libre de las fuerzas del mercado, lo escaso sería caro, y lo abundante barato, bajo la influencia de la utilidad y el costo.
Sí en una rama de la producción, la oferta fuera superior a la demanda, los precios tenderían a bajar ocasionando pérdidas a los productores que se retirarían a otras ramas de la economía, nivelándose las fuerzas del mercado, y sí sucediera lo contrario, que la demanda fuera superior a la oferta, entonces los precios subirían atrayendo productores por las altas ganancias, nivelando nuevamente el mercado.
En la época de Smith, al final del siglo XVIII, el comercio entre la ciudad y el campo aún era evidentemente ventajoso para ambos, sin embargo, muy pronto esto cambiaría para siempre, la Revolución Industrial, durante los siglos XIX, y XX, se produjo en las ciudades símbolo del capitalismo industrial, y en ellas se acumuló el capital, haciendo suya la mayor parte del producto y el ingreso de una nación, dejando en el olvido a la cultura rural, transformada por la migración a las ciudades.
El modelo de Smith, regido por el mercado libre, la competencia de muchos, el interés individual, la productividad y la eficiencia, era la representación abstracta de una realidad futura, que se enfrentaba a la simple práctica cotidiana, defectuosa e insuficiente de la realidad presente, en su modelo. Por ejemplo, no tenían lugar el desempleo, la inflación, ni el desequilibrio campo-ciudad, monstruos apocalípticos de la economía mundial en el siglo XX, mientras la oferta fuera igual a la demanda, hubiera competencia y se impusiera la ley del mercado.
EL SOCIALISMO EL SOCIALISMO UTOPICO
El socialismo utópico es una reacción contra el capitalismo comercial e industrial, desde el siglo XVI hasta el inicio del XIX, en Inglaterra y Francia, se trata de un pensamiento en búsqueda de la justicia social, que denuncia, condena, y maldice, las estructuras del nuevo orden que estaba surgiendo de las ruinas del feudalismo, pero con grandes imperfecciones en la distribución de la riqueza, y fantasean con la destrucción de aquellas sociedades que consideraban enfermas y transitorias, y apoyaban la construcción de una sociedad nueva, sin las injusticias que soportaba a diario la empobrecida población.
Muchos de estos pensadores coincidían en que el cambio social vendría pacíficamente por el convencimiento de las conciencias de pobres y ricos, a través de la difusión general de las ideas, y de la educación pública y familiar. Generalmente la evolución se dividía en etapas con características especiales, hasta llegar a la sociedad idealizada.
El socialismo representado por una sociedad ideal no convencía a muchos, las agrupaciones obreras, formadas por gente con muy poca ilustración, luchaban por cosas más concretas que una sociedad fantástica, idealizada por intelectuales, cuyas posiciones políticas reales, muchas veces, estaban en contra de la naciente clase obrera de la Revolución Industrial.
Sin embargo, el curso material de la historia seguía su paso implacable, cotidiano, de la lucha por la sobrevivencia, donde mucha gente nacía y moría sin comprender el significado de su existencia, culpando al cruel destino de su suerte. El esclavo y el siervo, y ahora el trabajador asalariado, sólo habían sido herramientas vivientes para sus propietarios, un medio productivo para acumular capital.
Thomas More(1478-1535), mejor conocido en el mundo latino como Tomás Moro, es considerado el fundador del socialismo utópico, aunque nunca utilizó este término para representar a la sociedad que imaginó y plasmó en su obra máxima; Utopía, vocablo derivado del griego Utopos con el significado de "un lugar que no existe en ninguna parte". Moro perteneció a la nobleza, estudió en la Universidad de Oxford, fue un gran conocedor de las lenguas y la literatura greco-latina, y distinguido miembro del Parlamento, hasta su renuncia por la persecución religiosa contra los fieles a la Iglesia Romana.
La creación de la Iglesia Anglicana y su separación de Roma, provocan un conflicto religioso de dimensiones trágicas. Los católicos fueron perseguidos, a Moro se le cortó la cabeza, el rey Enrique VIII, al negarse a jurarle lealtad, las iglesias se convirtieron en bodegas, los campesinos fueron despojados de sus tierras, que fueron cercadas para sembrar pastos, el campesinado emigró a las ciudades, una oveja valía más que un ser humano.
A pesar de que Utopía, escrita en 1516, fue una manifestación de repudio al capitalismo comercial y a las costumbres feudales, durante el período mercantilista, no tuvo gran difusión en su tiempo, porque fue escrita en prosa y en latín, lengua muy poco conocida por los ingleses. La obra está dirigida contra la sociedad feudal, criticando la carestía y los elevados impuestos, exaltando valores como el amor, la verdad, y la amistad, sin embargo en la isla había esclavitud con características muy especiales.
Los utópicos no hacían esclavos a los cautivos de guerras, salvo que hubieran sido de agresión, ni a los hijos de los esclavos, ni a los que vendía como tales los esclavistas.
Los esclavos eran los sentenciados a pena de muerte por algún crimen reconocido en alguna ciudad extranjera, se les obliga a trabajar continuamente. A los profanadores del matrimonio los castigan con la más dura esclavitud, y a los delincuentes se les readapta socialmente.
Utopía es una isla donde no existe la propiedad privada, la tierra pertenece a la sociedad, en lugar del comercio existe un intercambio de productos entre los habitantes de las ciudades y del campo, tampoco hay dinero, la producción se deposita en almacenes a los que acuden las familias para satisfacer sus necesidades. Todos los habitantes reciben las misma educación, hay libertad de cultos, y tienen la obligación de trabajar físicamente para la comunidad. Para Moro, sólo la estupidez humana pudo dar valor al oro y la plata,
En Francia, en el siglo XVII, surge uno de los personajes más polémicos del socialismo utópico, Saint Simon(1760-1825), de origen aristócrata con el título de conde, recibió una eficiente educación por parte del enciclopedista D'Alambert, que lo convirtió en un gran amante de la verdad y la justicia, a las que dedicó su vida.
A los 17 años, Saint Simon, fue como voluntario a la guerra de independencia de los Estados Unidos, regresando, después de 5 años, convertido en un militar al que confiaron una fortaleza en la frontera con Alemania. Deja la carrera militar para irse por el mundo a viajar, visitando varios países, y proponer cambios económicos, sociales, y modificación de la naturaleza. Estando en México propuso la construcción de un canal entre los dos océanos. Después de la Revolución Francesa en 1789, y la desestabilización que sobrevino, se dedicó a especular con papel moneda y bienes nacionalizados hasta que juntó una fortuna respetable que le permitió vivir con holgura y ayudar, realizando constantes reuniones en grandes salones con los principales pensadores de la época. En 1805 su fortuna ya había desaparecido, recuperándose de 1814-17, para volver a perderlo todo, quedando definitivamente sumido en la pobreza hasta su muerte en 1825.
Saint Simon, considera que los industriales eran la clase social que debía encabezar la transformación, y en ella incluía a los trabajadores, con los que convivirían en armonía, durante la evolución social que los conduciría a la sociedad ideal. Proponía un modo de producción donde el dueño de la producción no fuera el empresario o el obrero, sino la colectividad, eliminando la explotación del trabajo asalariado.
En su tiempo se produjo la Revolución Francesa(1789), movimiento social que consideró como una señal importante del cambio, tras el cual vendrían más, y un producto de la lucha de clases, entre la aristocracia feudal decadente, el capitalismo industrial y financiero como nuevo poder económico, y las masas desposeídas, sólo dueñas de su capacidad de trabajar, que apoyaban el cambio, e incluso querían ir más lejos en la transformación social, como sucedió con la Comuna de París.
Otro francés, destaca en el pensamiento socialista, su nombre es Francois Marie-Charles Fourier(1772-1837), hijo de un comerciante del que recibe una cuantiosa herencia de la que es despojado al ser declarado culpable de conspirar contra la Convención, dueña del poder político en ese momento, se le prohibe dedicarse al comercio, obligándolo a trabajar de subalterno. Este pensador, carente de una formación académica se convierte en un brillante autodidacta.
La sociedad ideal de Fourier estaba llena de fantasías, de promesas que traería el futuro en una sociedad civilizada, aparece la ciencia-ficción en las ciencias sociales, cuando afirma que en el futuro el agua de mar se beberá sin causar daños a la salud, y el hombre modificará el clima en su beneficio.
La solución de los problemas sociales se realizaría con la asociación, preservando la libertad que es el mayor valor humano, y no por un esfuerzo exclusivamente individualista. Rechaza a la industria, en favor de la actividad agrícola, descentraliza la producción en comunidades apartadas, para evitar el proceso de concentración de capital que se estaba produciendo aceleradamente en las ciudades.
Fourier fijó cuatro etapas de la evolución humana; salvajismo, barbarie, patriarcado, y civilización, y reconoció, que bajo las circunstancias del capitalismo industrial, en ese momento, era difícil lograr la cooperación armónica entre las clases sociales, y consideró que aquella sociedad naciente fuera sustituida en tres etapas hasta llegar al socialismo. Elaboró un proyecto detallado de lo que debería ser la sociedad del futuro, en base a la asociación, para lo cual creó la falange, célula de la nueva sociedad, los integrantes vivirían en un edificio llamado falansterio, y trabajarían conjuntamente en la agricultura y la industria, patrocinados por inversionistas, con 4 millones de francos, siendo accionistas y miembros, los ingresos se repartirían en tres partes; capital, talento, y trabajo.
Robert Owen(1771-1858) hijo de artesanos pobres, trabajó desde los 9 años, y a los 20 ya dirigía una fábrica de hilados de algodón. Fue un gran innovador de los procedimientos técnicos en la industria, y mejoró las condiciones de trabajo de los obreros. En New Lanark, Escocia, en 1800, realizó sus experimentos sociales.
Los experimentos de Owen provocaron diversas reacciones entre sus colegas industriales que preferían seguir los caminos tradicionales des explotación, lo consideraron un loco que ponía un mal ejemplo, sobre todo, cuando propuso una nueva legislación sobre el trabajo industrial, que protegía a los trabajadores.
Sus enemigos, y la situación económica inglesa lo hicieron viajar a América, donde se hizo partidiario del socialismo e imaginó una sociedad justa basada en el trabajo cooperativo, donde no había capitalistas. En 1825 compró un terreno y construyó la primera comunidad La Nueva Armonía, pero no tuvo éxito, llegando a la conclusión de que los principales obstáculos para el cambio eran; la propiedad privada, la religión y la forma de matrimonio. A su regreso a Europa publicó la revista Crisis defendiendo la cooperación económica, y la necesidad de una legislación laboral que mejorara las condiciones de vida de los obreros ingleses en el siglo XIX, Inglaterra se había convertido en el mayor proveedor de manufacturas, los dueños de las fábricas modernizaban constantemente su maquinaria despidiendo obreros que aumentaban la oferta de trabajo haciendo bajar más los salarios. De 1750 a 1800 la población de Inglaterra pasó de 6 a 11 millones de habitantes.
En 1828, en su viaje por América, solicitó tierras al gobierno mexicano, al norte de la extensa provincia de Coahuila, en la parte de Texas, para crear cooperativas que desarrollaran económicamente la región, y detuvieran el avance anglosajón en el norte, pero la indiferencia oficial nunca se permitió contestar su propuesta.
En sus últimas publicaciones, en forma de Testamento a la Humanidad, pide a toda las personas sensatas oponerse al sistema social imperante, y a los obreros que se organicen en sindicatos para salvar al imperio británico de la miseria y el deshonor.
PERCURSORES DE LA ADMINISTRACIÓN
HENRY ROBINSON TOWN : Nació en EE.UU., demostró la importancia que tiene el cambio de ideas entre administradores en las diferentes compañías y consideró que la administración debía ser tomada como una ciencia dentro de la empresa.
CHARLES BADDAG : Matemático inglés que inventó la maquina diferencial (máquina calculadora), hizo estudios profundos sobre la división del trabajo y la especialización del estudio de tiempos o movimientos y el control de costos.
ROBERTO OWEN: Se dedicó a la industria textil en Inglaterra, demostró que en la empresa es importante tanto la producción como la alta calidad, analizó que en la empresa hay dos factores importantes: La maquinaria y los seres humanos que la trabajan.
Consideró que a las personas que las trabajan en la empresa se les debe de dar un trato especial y ciertas consideraciones.
SOCIALISMO CIENTIFICO (MARXISMO)
Carl Marx, es considerado el padre del socialismo científico, y el más polémico de todos los economistas del siglo XIX, nace el 5 de mayo de 1818 en la ciudad de Tréveris, Alemania, hijo de un abogado de origen judío convertido al protestantismo en 1824. Estudia en las universidades de Bonn y Berlín, se inicia con el derecho, y prosigue con la filosofía, la historia, el socialismo utópico y la economía política.
El pensamiento de Marx se nutre de la filosofía clásica alemana, pero concluye en que los filósofos sólo han interpretado al mundo, lo importante es cambiarlo, revolucionarlo hasta llegar a una sociedad libre, realmente civilizada, donde la abundancia permita a todos lo seres humanos tener los satisfactores de sus necesidades, ni exista la explotación del hombre por el hombre ni las clases sociales, y la sociedad civil sustituya al Estado, para que humanidad inicie su verdadera historia, dejando atrás el doloroso parto de la especie desde que abandonó sus bosques tropicales, al inicio de la prehistoria, en los albores de la humanidad.
Se trata de un brillante pensador, escritor, y activista político, fundador del primer partido comunista, de gran capacidad intelectual, de muchas publicaciones, y enorme influencia al final del siglo XIX y principios del siglo XX, entre los socialistas y la clase obrera, después fue utilizado para apuntalar sistemas políticos, que finalmente, en la mayoría de los casos, tenían muy poco que ver con sus ideales.
Por medio del estudio de la economía política inglesa comprendió las leyes que rigen la producción y la distribución de la riqueza, las mercancías, y el desarrollo económico y social.
Hace una deducción del futuro del capitalismo, considerándolo como un proceso transitorio de la evolución de la humanidad, piensa que las relaciones injustas de producción y distribución conducirán a la economía a una crisis sin precedentes, afectando el desarrollo de las fuerzas productivas, haciendo que la clase obrera juegue un papel determinante en ese futuro, estableciendo una dictadura proletaria, transitoria, sólo para establecer las bases del nuevo orden social, que evolucionaría, de una etapa socialista con el Estado como guía rectora de la vida económica y social, hasta llegar a una sociedad comunista sin clases sociales, sin Estado, satisfecha de sus necesidades, y libre en su pensamiento y acción. En el socialismo la gente recibiría de acuerdo a sus capacidades, y en la sociedad comunista de acuerdo con sus necesidades. La URSS se parecía muy poco al sueño de Marx, la dictadura transitoria se prolongó por 7 décadas, no por el proletariado, sino por dirigentes que tuvieron miedo a la verdad y a la libertad, elementos indispensables para crear una sociedad nueva.
La teoría del valor-trabajo estudiada por Smith y Ricardo es utilizada por Marx para demostrar la existencia del excedente económico del trabajo, su injusta distribución, y sus consecuencias sociales, designa al excedente con el nombre de plusvalía.
El trabajo es la única mercancía capaz de producir un valor superior a su valor de cambio, el valor de la fuerza de trabajo se fija por el tiempo de trabajo necesario para producir los medios de subsistencia que requiere el obrero para seguir viviendo y conservar su capacidad productiva.
Sí el obrero en las primeras 4 horas, produce un conjunto de mercancías cuyo valor en el mercado es el equivalente a su salario, las siguientes 4 serán de plusva­lía, propiedad del comprador del trabajo-mercancía, y sí éste, decide utilizar máquinas que producen más por unidad de tiempo, reduciendo a 2 horas la obtención del salario, la cantidad de trabajo disminuye en cada unidad producida, y aumenta la plusvalía a 6 horas, sí el obrero produjera en una hora el equivalente a su salario, la plusvalía sería de 7 horas.
Cuando el artesano pierde sus medios de producción, lo único que le queda es vender su capacidad de trabajo materializada en sus conocimientos y habilidades, con un gasto físico y mental, pero lo hace por un precio fijo, que es el salario, sin participar en el excedente que produce, y se acumula para producir más plusvalía. Antes la fórmula de la circulación de mercancías era M-D-M, cambiar una mercancía por dinero para comprar otra, ahora es D-M-D, cambiar dinero por mercancía para después obtener nuevamente dinero con una ganancia, que permite acumular capital.
Para Marx, el capital se dividía en constante y variable, el primero estaba constituido por las construcciones, máquinas, materias primas, materiales auxiliares y combustibles, y el segundo, exclusivamente por el trabajo. No aceptó la clasificación del capital en fijo y circulante, porque une en la misma partida a las materias primas y combustibles, con el trabajo, impidiendo observar el origen de la plusvalía.
La tendencia histórica de la industria, a las demandas de la clase obrera, sobre el mejoramiento de los salarios y la reducción de la jornada de trabajo, ha sido la reducción del tiempo de trabajo por unidad producida por medio de maquinaria automatizada, restándole importancia al trabajo en el proceso productivo, hoy en día, la robótica está llevando al extremo la relación entre el capital y el trabajo, invirtiendo en algunas industrias la relación de 10-unidades de trabajo por 1-unidad de capital de la comunidad primitiva, a 1-trabajo y 10-capital al finalizar el siglo XX. Probablemente en el futuro, un gran número de satisfactores básicos de nuestra existencia se obtendrán a través de máquinas, a las que se tendrá acceso por medio de tarjetas con claves secretas, terminando con el comercio actual de ventas personales.
Sí la tecnología futura, mantiene la tendencia de reducir la importancia del trabajo, será capaz de producir grandes cantidades de satisfactores de bajo precio, con una cantidad mínima de trabajo, ¿ pero quién compraría la enorme producción, si la industria no crea muchos empleos ?, tendrían que crearse, y se han creado nuevas ocupaciones en los países más industrializados, en el sector terciario, en los servicios, quizá situándose en los albores de la sociedad postindus­trial, pero insuficientes para mantener un ritmo de crecimiento sostenido, que de empleo a la población mundial. No se invierte más porque la ganancia es baja, la ganancia es baja por las ventas bajas, se vende poco porque no hay demanda, y no hay demanda, porque no hay poder de compra por los bajos ingresos de la mayoría de la población, debido a las características en la concentración, y distribución del ingreso y la riqueza